La prehabilitación física en pacientes con cáncer de mama: una estrategia clave para mejorar la recuperación

Una revisión científica destaca la importancia de la fisioterapia con ejercicio físico antes del tratamiento oncológico para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes.

Preparar el cuerpo antes de iniciar el tratamiento oncológico puede marcar la diferencia en la recuperación de las pacientes con cáncer de mama. Así lo revela una revisión sistemática liderada por un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran el Dr. Antonio Cuesta Vargas, el Dr. Manuel González Sánchez y la Dra. Alicia del Rosal Jurado, de IBIMA Plataforma BIONAND. El estudio, recientemente publicado en la revista científica Supportive Care in Cancer, analiza en profundidad el papel de la prehabilitación física —es decir, el ejercicio terapéutico supervisado antes de intervenciones médicas como la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia— como estrategia para mejorar la resistencia del organismo frente a los tratamientos y facilitar la recuperación.

A diferencia de la rehabilitación tradicional, que actúa una vez finalizado el tratamiento, la prehabilitación se anticipa a los efectos adversos. Su objetivo es fortalecer el estado físico, mental y metabólico de las pacientes para que lleguen en las mejores condiciones posibles a afrontar el proceso oncológico. Un enfoque innovador que está ganando peso en la práctica clínica, y que este estudio pone sobre la mesa como una vía prometedora para optimizar la atención en cáncer de mama.

El cáncer de mama es uno de los más prevalentes a nivel mundial, y su abordaje suele implicar tratamientos agresivos que pueden debilitar considerablemente a quienes lo padecen. En este contexto, el equipo investigador ha revisado la evidencia científica disponible sobre programas de ejercicio preoperatorio, analizando su impacto en variables tanto físicas como emocionales.

Uno de los principales hallazgos del trabajo es la mejora significativa del rango de movimiento articular (ROM) del hombro del lado intervenido, una limitación funcional frecuente tras la cirugía mamaria. Además, se ha observado una reducción en los niveles del biomarcador Ki-67 —indicador de la proliferación celular tumoral— en pacientes que realizaron prehabilitación, lo que sugiere un posible efecto positivo del ejercicio físico sobre la actividad del cáncer.

Los beneficios no se limitan al plano físico. Las pacientes que participaron en programas de ejercicio previo al tratamiento reportaron menos fatiga, mejor tolerancia a los procedimientos oncológicos y una mayor calidad de vida. También se observaron mejorías en aspectos subjetivos como el dolor, la recuperación general y el bienestar emocional. No obstante, en cuanto a variables psicológicas como la ansiedad, el estrés o la depresión, los expertos destacan que para lograr efectos significativos sería necesario combinar el ejercicio con intervenciones específicas en salud mental.

Los resultados del estudio respaldan la inclusión de programas estructurados de ejercicio aeróbico y de resistencia dentro del abordaje integral del cáncer de mama. Eso sí, advierten de que no existe una fórmula única: cada plan debe adaptarse a la condición física, necesidades y fase del tratamiento de cada paciente. La personalización y la supervisión profesional son claves para que la prehabilitación sea eficaz y segura.

Pese a los avances, los investigadores subrayan la necesidad de continuar profundizando en esta línea con estudios clínicos longitudinales. Aunque los beneficios inmediatos son prometedores, aún queda por determinar el impacto de la prehabilitación en variables a largo plazo como la supervivencia o la recuperación completa.

“Incluir estrategias de prehabilitación física en los protocolos oncológicos podría transformar la manera en que afrontamos el cáncer de mama”, afirman los autores. “No solo se trata de preparar el cuerpo: se trata de mejorar la calidad de vida, la respuesta al tratamiento y el bienestar general de las pacientes desde el primer momento”.

El próximo reto de este equipo es definir qué tipo de ejercicio, con qué intensidad y en qué momentos del proceso resulta más eficaz. El objetivo es generar recomendaciones claras para su implementación en hospitales, centros de salud y unidades oncológicas, con la colaboración de fisioterapeutas especializados y en entornos clínicos seguros.

Referencias bibliográficas

Del Rosal Jurado A, González Sánchez M, Cuesta Vargas AI. Physical prehabilitation in patients with breast cancer: a systematic review. Support Care Cancer. 2025 Jan 6;33(1):71. doi: 10.1007/s00520-024-09122-w. PMID: 39757306.

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